Allá por el 1240, Fernando III El Santo cedió a la Orden Calatrava
una gran extensión de tierra como premio por la labor defensiva que éstos
hacían durante la Reconquista Cristiana, y fruto de esta cesión, nuestra villa
cuenta con esta impresionante fortaleza. La construcción cuenta con una
extensión de unos 3500 metros y tres características que hacen que sea única en
la provincia:
Hasta el siglo XIX pertenece a dicha orden y ya mediado dicho
siglo, se produce la desamortización de Madoz y el Castillo pasa a manos de
Alonso Valenzuela, personalidad importante de esta villa (Alcalde del municipio
y Diputado en Cortes), posteriormente pasó a sus descendientes hasta que en el
año 2000 se crea la Plataforma Ciudadana para la Defensa del Castillo y el 27
de Diciembre del 2002 esta fortaleza pasó a ser titularidad municipal. Ya en el
2003 fue incluido en la Ruta de los Castillos y las Batallas.
Realizadas
las últimas excavaciones arqueológicas se han encontrado numerosos
enterramientos tanto en el interior como en el exterior, pertenecientes a las
distintas épocas históricas por las que ha pasado el castillo.
En la Torre San Miguel se encontraba ubicado un palomar
medieval que consistía en vasijas de barro adosadas a la pared. Esto hizo que
tras la guerra civil quedara instalada en ella de forma permanente la Sección
Colombófila de Córdoba.
Entre los usos que ha ido teniendo el castillo a lo largo del
siglo XX destacan: secadero de tabaco, cine, foro teatral, empresa de curado de
aceitunas, bodega y salón de bodas.
Y para finalizar, como todo buen castillo, éste también tiene
su leyenda que nace allá por el siglo XV y que cuenta la historia de nuestro
tesoro que a día de hoy todavía no ha
sido recuperado. ¿Quieres encontrarlo?